sábado, 17 de diciembre de 2011

Criar sin violencia. Entrevista a Ramón Soler

Pablo Picasso. Guernica, 1937

Ramón Soler, psicólogo español,  experto en Terapia Regresiva Reconstructiva, Hipnosis Clínica, Psicología de la Mujer (embarazo, Parto, Puerperio) y Psicología Infantil. Atiende su propia consulta en la ciudad de Málaga (España) y con su esposa, la escritora Elena Mayorga, es autor y director de la conocida revista Mente Libre  que pueden seguir en twitter por  @mentelibre_es
  
Los micrófonos de Conoce Mi mundo se trasladaron hasta el café del Museo Reina Sofía en el Edificio Nouvel, ubicado a la salida de las muy conocidas estaciones de tren y de metro de Atocha, Madrid, donde Ramón Soler ofreció entrevista exclusiva en la que escucharán algo de ruido de fondo que es el sonido de ambiente del café de este magnífico museo, cuya sala 206,  dicho sea de paso, expone la obra maestra “El Guernica”, de Picasso (también malagueño como nuestro invitado) recordándonos los estragos terribles de las expresiones más descarnadas de la violencia humana. Y justamente porque no queremos más violencia, en esta entrevista conversamos sobre distintos aspectos de la crianza respetuosa. En esta primera edición de la entrevista, el reputado psicólogo español Ramón Soler, experto en la materia, comparte con todos los oyentes y seguidores de Conoce Mi Mundo, aclaratorias y recomendaciones sustantivas y certeras para la prevención del maltrato y la violencia durante la crianza. La segunda edición la pueden escuchar en este enlace

 

Ramón Soler en el Café del Museo Reina Sofia de Madrid

Pulsa el player para escuchar esta primera edición de la entrevista

Enlaces relacionados:
Criar sin violencia: Entrevista a Ramón Soler (segunda parte)

domingo, 11 de diciembre de 2011

Los niños no son tiranos, son filósofos en pañales


Recientemente, en entrevista exclusiva hecha al pediatra español Carlos González para Conoce Mi Mundo, le expresé la siguiente inquietud: “Doctor, en los ámbitos donde me he movido, he escuchado de todo tipo de personas, sean padres, docentes, profesionales como pediatras, psicólogos, incluso eminencias reputadas de la ética, filósofos en cátedras universitarias… referirse a los niños como si fueran animalitos, decir que niño no es gente, que niño no entiende, que el niño es un pequeño tirano al que hay que doblegar con métodos punitivos de crianza para que comprenda. ¿Qué opina usted de esto? ¿los niños son básicamente malos, son básicamente unos tiranos que hay que doblegar?". Esto fue lo que el doctor González respondió: “¿Pero de verdad hay catedráticos tan brutos para decir esas cosas? (risas) Yo les recomiendo un libro muy bueno que se llama “The Philosophical Baby” , lo han traducido al español como “El Bebé Filosófico”  de la doctora Alison Gopnik  y es un libro muy bueno hecho por una gran científica que explica  sus propias investigaciones y las de otros, sobre el desarrollo de la personalidad, de la conciencia, la ética, la mente en el niño y explica cómo el niño desarrolla espontáneamente su propia ética…”
Encontré la conferencia TED de Alison Gopnik y quiero contribuir con este poderoso aporte para desmontar tan nefasto mito sostenido por la cultura adultocéntrica a partir del cual se han justificado tantas dosis y formas de maltrato hacia la infancia.
Maravíllense con la genial ponencia de la Dra. Alison Gopnik, autora del libro “El bebé filosófico”, quien demuestra que los niños son seres altruistas, generosos, capaces de comprender mucho más de lo que queremos aceptar los adultos y no los pequeños tiranos egocéntricos a los que hay que doblegar a través de métodos punitivos.  


domingo, 4 de diciembre de 2011

Para un cerebro sano, mucho amor, mimos y brazos



En este camino que elegí transitar como divulgadora de temas de crianza respetuosa,  me he dado cuenta  de que para cuidar bien a nuestros pequeños, más que aprender, necesitamos desaprender, regresar a lo que nos dicta el instinto, retomar prácticas que responden al diseño mamífero de estos primates sofisticados que somos, rescatar costumbres inteligentes porque son las que han garantizado, a lo largo de milenios, nuestra sobrevivencia como especie.  Sí, porque aunque lo hayamos perdido de vista, somos descendientes de antepasados humanos que llevaban a sus crías todo el tiempo en brazos o colgadas en pareos, dormían con ellas, las alimentaban con pecho durante años, las criaban piel con piel, con mucho apego, sin dejarlas llorar, y todo esto porque de otro modo no hubiéramos sobrevivido como especie.  
En algún momento comenzamos a cambiar las costumbres y a distanciarnos cada vez más de nuestro instinto, sin imaginar cómo esta desconexión afectaría la sana construcción de nuestro bagaje emocional y de nuestro cerebro.  Hoy, la neurociencia lo explica claramente y nos revela cómo la manera en que atendemos a nuestros bebés, determina el desarrollo cerebral, la capacidad de respuesta emocional, de aprendizaje y la posibilidad de padecer o no, enfermedades mentales, conductas violentas, antisociales o delincuenciales en un futuro.  Si me pidieran que resumiera en una frase la conclusión de estos estudios, diría que, para un cerebro sano nada mejor que prodigar al bebé humano, infinitas dosis de amor, brazos, mimos y teta.
Para comprender esta afirmación, es necesario explicar porqué nuestro cerebro  es el único de toda la especie animal que nace a medio construir. Hagamos el cuento corto: por un lado nuestros antepasados prehumanos comenzaron a evolucionar hacia lo que ahora somos y pasaron de, desplazarse en cuatro patas, a erguirse y caminar en dos piernas. Esto provocó que se estrechara la pelvis. Por otro lado, el desarrollo de la inteligencia hizo necesario un cerebro y un cráneo más grandes.  Con ambas mutaciones (pelvis más estrecha y cabeza más grande), para poder salir del vientre materno,  el ser humano se convirtió en la única especie que nace con un cerebro sin completar.
La doctora Sue Gerhardt, investigadora británica y autora del libro “Why Love Matters” explica que  durante los tres primeros años de vida del ser humano  se desarrollan muchos sistemas importantes del cerebro, especialmente los encargados de gestionar la respuesta emocional y el aprendizaje. Los diferentes circuitos bioquímicos en el cerebro superior comienzan a desarrollarse durante el período crucial después del nacimiento. El ser humano no nace con ellos   sino que se construyen mejor o peor, dependiendo de los cuidados, la contención y el afecto que reciben o no los bebés.
Sepamos, además, que un bebé se estresa fácilmente. Por ejemplo, el sólo hecho de mantenerse alejado del cuerpo de la madre le supone el  terror de sentir amenaza de muerte. Esto hace que segregue cortisol (la famosa hormona del estrés) que un bebé  no está equipado para gestionar por sí solo. El cortisol sabotea el desarrollo adecuado de su cerebro en formación, provocando atrofias y distorsiones que luego devienen en problemas de aprendizaje, impulsividad y violencia. Por eso Sue Gerhardt afirma, con muchísima razón, que la mejor manera de prevenir las enfermedades mentales, la delincuencia y la violencia es ocuparse adecuadamente de los bebés.
Comprenderán entonces, que mimar no es malcriar, sino todo lo contrario. La crianza con apego que equivale a llevar a tu bebé siempre en brazos, dormir con él (colecho), prodigarle consuelo permanente, lactancia materna a demanda, apaciguarlo con cuerpo materno constante… favorece el sano desarrollo de su cerebro. Así que no esperemos más para seguir la infinitamente sabia voz de nuestro instinto.

 La manera en que atendemos a nuestros bebés determina el desarrollo de su cerebro y su capacidad de respuesta emocional, aprendizaje y   la posibilidad de desarrollar o no, conductas violentas, antisociales o delincuenciales en un futuro. Entérate de más detalles en esta emisión ampliada
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